Liderazgo consciente

Muchas veces se confunde el liderazgo con la gestión, la gestión es planificación, cumplimiento de un presupuesto, intención de organizar un grupo de trabajo, resolver los problemas del día a día, mantener el orden, desarrollar estrategias. Es lo que hacemos y por lo que nos pagan.

Cuán difícil es pedirle a alguien que se comprometa real y emocionalmente con una causa, si sus líderes no son capaces de entender su realidad, no como empleados!, no! sino como persona, como seres emocionales que desean ser tratados de una manera más holística. Un verdadero liderazgo implica reconocer y valorar estas dimensiones humanas, guiando no solo con objetivos, sino con empatía y comprensión.

Vivimos en un mundo donde la mayor parte de la sociedad se preocupa por la rentabilidad y por generar dividendos. Se enfoca en ser más competitivos. Esta sociedad está cimentada en personas muy formadas en hacer dinero. Olvidan que sin la otra porción del mundo que los rodea, nada de esto sería posible. No nos podemos permitir sobrevivir en un mundo que trata a las personas como máquinas expendedoras de billetes. Estas se utilizan hasta que sean útiles. Realmente el mundo necesita entender que existen sueños y anhelos que todos esperamos cumplir. Es ahí cuando deben aparecer los líderes, para romper paradigmas. Deben transmitir que personas más felices hacen empresas más rentables.

Pero esto no se logra si el liderazgo no es auténtico, si la comunicación no es clara, si el mensaje no es coherente.

De nada sirve un derroche de prosa si los líderes actúan de manera contraria. Debe existir una lógica entre pensar y actuar. Cuando esta lógica es real, permite que sus equipos crean en ellos, los respeten. Pero no un respeto con miedo, sino con admiración.

Para ser líder no se necesita ningún poder relacionado con un gran cargo y mucho menos si lo que se desea es influir positivamente en los otros para que contribuyan al bien común, con su mente, espíritu, creatividad y excelencia. Liderar es conseguir que otros se comprometan con pasión en una misión, que entreguen su mejor lado y desarrollen toda su capacidad. El liderazgo implica motivar a la gente, pero no motivarla con discursos, sino motivarlas con el alma. El liderazgo es una intromisión seria en la vida de los demás porque no se desea que obedezcan, lo que se busca que se comprometan con una causa.

El liderazgo es un gran poder y todo gran poder implica una tremenda responsabilidad… y no basta sólo con saber cómo se hace la tarea, se requiere desarrollar las habilidades necesarias para inspirar a otros a realizar todo con éxito, a dejar su huella, a construir sociedad y un mundo mejor.

¿Pero cómo hacemos de nuestra empresa la organización que deseamos?

Necesitamos enfocar esfuerzos en desarrollar el talento de las personas. Debemos delegar con confianza, convencidos de haber transmitido el conocimiento adecuado. Trabajar con un equipo alineado, no solo con personas de nuestro ‘círculo vital’. ¡No! Es con todos los que nos rodean. Es necesario escuchar la opinión de los demás y hacerlos sentir piezas claves del crecimiento. Reconocer la buena labor de los demás es primordial para la motivación. Esto mejorará su desempeño y la relación entre líder y equipo. Existen colaboradores y excelentes colaboradores; su diferencia radica solo en la motivación.

Debemos hacer que los colaboradores se sientan felices, esto indiscutiblemente aumentará el sentido de pertenencia y optimizará la productividad del negocio, que es el deseo de todos. Debemos hablar claro y asertivamente, recordemos que decir lo que no hay que hacer es tan importante como decir lo que hay que hacer. Debemos enseñar y guiar, muchos desean brillar con luz propia pero si entendieran lo que significa brillar por la luz de otros sabrían que es dejar huella, aquellos líderes que promueven la autonomía de sus equipos, contribuyen a que las personas se apropien de los objetivos y aprendan en el proceso.

Para ser líderes no se necesita cambiar el mundo, solo se necesita intervenir positivamente en una persona, esta se encargará del resto. Ser líder es comprometerse con la felicidad.

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