El lujo es un mundo aparte, con sus propios códigos.
Uno de los puntos esenciales de las prácticas de las grandes marcas de lujo es asegurarse de que los valores de la marca sean siempre puestos en juego por los empleados. Esto no es opcional, es la prioridad. El nivel de exigencia es enorme en este punto y se ponen en marcha todos los medios necesarios para garantizar una buena transmisión sobre el terreno de los comportamientos esperados, las emociones a transmitir y la atención al detalle. Más allá de estos pocos puntos, estas marcas también están atentas al respeto de los nuevos códigos del lujo en todos los niveles de la cadena comercial.
Todo tipo de vendedores que trabajen en entornos premium o con clientes premium.
La compañía estaba buscando agilizar las relaciones entre sus clientes y servicios administrativos. El objetivo era automatizar las tareas de oficinas mas triviales para permitir que el equipo pueda enfocarse en las ventas y a su vez asegurar el mismo nivel de profesionalismo a todo nivel.